La Cepa Vieja Solete Repsol... Quienes somos de dónde venimos y a dónde vamos.
Empezamos esta andadura en el 2006, tanto Cecilia como yo, Raúl, teníamos otros trabajos.
A mí no me gustaba y a Cecilia le absorbía.
Teníamos una cosa clara, nos gusta mucho la gastronomía y el vino y queríamos trabajar en algo que nos hiciera disfrutar.
Montamos La Cepa Vieja sin mucho estudio de mercado, más bien en el bajo de nuestra finca.
Básicamente, porque tampoco queríamos pasarnos el día conduciendo en atascos.
El primer año tuvimos un cocinero y una carta, pero no era lo que buscábamos.
En el 2006 fichar a un buen cocinero era misión imposible, y harto ya de estar harto, me decidí a entrar yo en la cocina.
Yo cocino desde siempre, pero nunca lo había hecho de manera profesional.
Decidí quitarme la carta (no sé repetir platos) y trabajar con menús basados en lo que tenga en la nevera... que es lo que he hecho siempre.
En el 2008 estalló la crisis y fuera de zona, con 2 hipotecas y la "L" de novatos fue duro.
Abríamos 6 días y el séptimo nos íbamos al pueblo a recoger las verduras del huerto.
Cecilia comenzó a realizar sus pinitos como repostera y dejamos de comprar las tartas que nos traía un cocinero.
En el 2010 se abrió la estación del AVE, esto nos dió un buen respiro.
Seguíamos abriendo 6 días y recogiendo las verduras el séptimo, pero ya empezamos a disfrutar de nuestro trabajo.
En el 2017 falleció mi padre y después de bastantes meses en hospitales decidimos que queríamos cambios.
Necesitaba tener 2 días libres y me quede sin el huerto.
Siempre fui agricultor recolector, pero el huerto lo llevaba mi padre, lo intenté, pero los caracoles me ganaron...
Pasamos a realizar la compra en el mercado central, menos bucólico que coger la verdura del huerto, pero mucho más práctico.
Verdura más fresca al comprar solo lo que necesitas para 2 días, además de todo lo que puedes encontrar en el mercado.
En el 2019 recibimos la visita de Paco "Cocinillas" que nos ofreció una parrilla para tener brasas muy cómoda.
Después de haber estado en Tailandia se me abrieron los ojos como platos.
Las brasas le dieron un buen cambio en la cocina, tanto las carnes ibéricas como los pescados o nuestras queridas verduras.
Empezamos a jugar con ese toque de la brasa trasladado al arroz de verdura, a las cremas, a los platos de cuchara con legumbres...
Otro cambio importante fue comprarnos "La Cepa Móvil" una Volkswagen California.
Ahora podíamos viajar más, visitar bodegas, queserías, dormir en el monte o recoger unas setas por la mañana...
Y como una cosa lleva a la otra en el 2020, pensamos que podríamos pasar la jornada a 4 días.
Viajar más, tener más tiempo para cursos on-line, para preparar catas de vino y en definitiva gestionar mejor el trabajo con menos días.
El resultado ha sido excelente, ya no llevamos la "L" y podemos realizar el trabajo de 6 días en 4.
También hemos decidido evitar en la medida de lo posible los grupos grandes, para buscar un entorno más íntimo.
En estos momentos nos encontramos en un momento cómodo.
Cada vez compramos más productos directos a los productores, en nuestros viajes o en el mercado central.
La pandemia me enseño el placer de salir a comprar con el carro, ahora voy al mercado paseando, o corriendo, según el día.
Realizamos bastantes catas de vino para que yo pueda salir de la cocina y disfrutar un poco como Sumiller.
Ofrecemos ese trato directo por parte de los dueños (que es el que nos gusta cuando salimos a comer).
Y la sensación que nos transmiten nuestros clientes es muy positiva.
Cuál será el futuro...
Pues nunca se sabe, de momento no se prevén cambios, aunque es posible que se vaya uniendo alguna sobrina.
Pero quizás, si los años nos pesan, podría ser que cambiásemos de furgoneteros a autocaravana y vida seminómada.
De momento seguiremos disfrutando de nuestro trabajo y de vuestra compañía, muchas gracias a todos.