Vinos rancios, qué son, porque gustan tanto, y se consumen tan poco...
En la última cata a ciegas que realizamos nos volvió a pasar con el vino rancio "de sol a sol" un Airén de la Mancha de bodegas Esencia Rural.
La mayoría de la gente fue el vino que más les sorprendió y el mejor valorado R.C.P.
Al preguntar a ciegas su precio casi todos duplicaron su precio real, pero luego en el día a día nadie pide este tipo de vinos.
Y como no es la primera vez que nos pasa, vamos a intentar aclarar :
- Que son.
- Cómo se elaboran.
- En qué momentos podemos consumirlo.
- Con qué alimentos podemos acompañarlos.
- Como se conservan.
- Porque no se consumen más.
Los vinos rancios son vinos en los cuales hemos provocado una oxidación controlada.
Hay distintas maneras de provocar la oxidación, en el marco de Jerez y en Montilla Moriles encabezan el vino a 18º y llenan las barricas 3/5 partes.
Debido a la graduación alcohólica no crece velo de flor, y el contacto con el oxígeno va provocando su lenta oxidación.
Este proceso se alarga durante muchos años, en ocasiones incluso décadas por el sistema de criaderas y soleras.
También se pueden elaborar en crianza estática.
Una única barrica con uva blanca o tinta algo sobremadura para que alcance una graduación de 15-16º que le proteja.
Otra forma muy común es en "damajuanas".
Recipientes de cristal que se sacan en el patio de la bodega exponiéndolos al sol y a los cambios de temperatura para provocar la oxidación.
En blancas se suele utilizar la Palomino fino, la P.X. la verdejo en Rueda para los vinos dorados, o la Macabeo en Tarragona.
En tintas la más usada es la garnacha, algo de cariñena y la Monastrell en Alicante para su fondillón.
El Fondillón lo realizamos con Monastrell de Alicante, sobremadurado en las cepas y con un mínimo de 10 años en toneles de una capacidad máxima de 2500 Litros.
También hay criaderas y soleras y en ocasiones la edad media puede alcanzar los 50 años.
Y ahora llega la gran pregunta... cuándo consumirlos...
Para mi básicamente son vinos de tertulia, vinos que se pueden pedir incluso después del café.
Son vinos largos, muy persistentes para tomar poco a poco, saboreando todos sus matices.
Especialmente si estamos en graduaciones de 18º hacia arriba.
Otro buen momento sería el aperitivo o con los quesos al final de una comida.
Tendríamos también los maridajes específicos que ya dependerá de cada vino, salazones, jamón ibérico...
Hay olorosos que nos pueden acompañar una carne.
Hay blancos con buena acidez y un punto de volátil que nos pueden realzar un pescado graso como la caballa en escabeche o la ventresca de atún.
Algunos de los vinos rancios pueden ser dulces, recuerdo un fondillón con panetone... BRUTAL!!!
Por su tipo de elaboración nos facilita muchísimo la conservación.
Al haberse sometido a oxidaciones prolongadas y a graduaciones de alcohol altas, su conservación no es nada complicada.
Además, su tiempo de consumo una vez abierta la botella es muy muy prolongado.
Eso nos permite aumentar sin complicaciones la variedad de sabores que tenemos en vinos por copas.
Tanto en un restaurante, en una casa, o incluso en esa casa del pueblo que vas una vez al mes.
Mi momento especial es cuando llego a la casa del pueblo por la noche, con un poquito de frío.
Media copita y a la terraza a ver las estrellas, mientras me relajo, saboreo, reflexiono y me va llegando el sueño.
Afortunadamente para los que nos gustan, son vinos que nunca se pondrán de moda.
Básicamente porque su elaboración requiere años o décadas y las modas buscan productos efímeros de producción masiva a costes reducidos.
Esto es una gran suerte para los consumidores, creo que estamos hablando de los vinos con mejor R.C.P. del mundo.
"Personalmente" dan un toque de distinción, una especie de declaración.
No sigo modas, no tomo vermut ni entro al trapo con la gintonimanía.
Intentaremos ir introduciendo este tipo de vinos en nuestras catas de vino
Para poder ir descubriendo estos tesoros poco a poco.